lunes, 9 de diciembre de 2013

Homenaje a los que faltan

Hoy, como otro cualquiera, es un buen día para homenajear todo el amor que nos dieron esas personas que ya no están junto a nosotros.
Ya sea por la llamada "ley de vida" o por la inoportuna "ley de Murphy", nuestra historia acabó dejando tras ella restos para conformar parte de una vida, y así mismo un vacío en nosotros imposible de volver a llenar.
Y es que, a fin de cuentas, cada persona es irreemplazable; puede que sus imperfecciones sean las que las hacen ser únicas, especiales, y retos para nosotros... Pues estar juntos, aguantarnos, mimarnos, querernos, es un gran reto, un reto del que a veces se desiste, y no se llega al final.
Después, están esas personas con las que nuestra historia parecía no tener fin, hasta que la eternidad las llamó a ellas y no a nosotros.
No hace falta una fecha o un momento en particular para decir esas palabras y, además, no lo hay. Pero es un hecho tan real como nosotros el haber querido a gente que ahora ya no está.
Dicen que nunca dejamos de querer... que, pese a los problemas y al daño, el ser humano perdona y olvida, y al final sólo queda en la memoria el dulce sabor de la calidez del trato mutuo.
Así que, lanzo este mensaje al aire, a todos, para que recordéis que hay personas a las que habéis querido y a las que, seguramente, nunca dejéis de querer. Aunque la eternidad y el orgullo estén por medio, ellas siempre serán parte de vuestra historia, de vuestra vida, y del corazón y del espíritu. Serán parte de vosotros mismos, y no podréis hacer menos que, al mirar atrás, una vez pasado el dolor, sonreír al ver sus miradas en vuestra memoria, y recordar que esas personas, esas gentes que ya no están con vosotros, fueron un día parte de vuestro todo...
Fueron las que realmente os hicieron felices.

lunes, 30 de septiembre de 2013

My guardian angel

Hay momentos en la vida en los que te sientes sola aún estando acompañada. En los que crees que no volverás a renacer, hagas lo que hagas.
Y entonces, como por arte de magia, llega la salvación, y un ángel te toca con su gracia. Vuelves a poder respirar, y sientes que no vale la pena llorar sobre tu almohada...
Todavía queda mucho por vivir, y mucho que compartir, porque no estás sola: nunca lo has estado. Siempre que ese ángel de la guarda esté presente, nunca lo estarás.
Porque, de eso se trata: de guardar la soledad bajo llave y no dejarla escapar; de que nos ayudemos mutuamente a... a aprender a vivir. Se trata de saber amar, de saber compartir. Y de soñar con que algún día, tal vez, lleguemos a saber ser felices.

jueves, 5 de septiembre de 2013

ÍNTIMOS AMIGOS

Los íntimos amigos son como hermanos con padres distintos. A diferencia de tus otros amigos, quienes, tal vez, puedan estar constantemente estudiando la forma de cómo decirte que te quieren cada día más, el íntimo amigo no lo necesita, porque sabe cómo hacértelo saber sin palabras; una mirada vasta para decirlo.
Los íntimos amigos se necesitan porque, realmente, se quieren. No es un amor de película, sino algo más arraigado en sus propios corazones. Es el sentimiento de tener a alguien al lado, un hombro en el que llorar, unas palabras de sosiego, o tal vez una mirada cómplice en un bosque de grandes pinos intentando mirarlos por encima del hombro.
Los íntimos amigos, por tanto, se quieren y se respetan, y se sienten tranquilos y aliviados al saber que su amistad es lo que es: desinteresada, leal, amable y un poco burlona, como debe ser.
Así que recuerda que tu íntimo amigo te adora,  aunque no sea de esa clase de gente que te lo recuerda mañana, tarde y noche. A fin de cuentas, son solo palabras. Él estará allí cuando lo necesites, y lo dejará todo por ti. Él te sonreirá cuando pases malos momentos, y te ayudará a superarlos. Y todo esto con tacto, con prudencia, y sin llamar la atención; será la mano que te ampare cuando creas que todo está perdido; en silencio, en la sombra, cuidará de ti. Será él también el que se ría contigo los buenos ratos, el que cotillee un poquito y el que te hable con franqueza. El que te pida permiso cuando intente utilizarte (que, por lo tanto, no se deberíamos hablar de utilización, sino de pedir un favor), aun sabiendo que lo tiene de sobra. El que al darle la mano te pregunte si de verdad se la merece, aunque sea consciente de que, si te lo pidiera, le darías el brazo o incluso el propio corazón… y también es el que sabe cuándo y cómo pedir ese tipo de favores. Y es también el que sabe cómo mantenerte al lado a lo largo del tiempo. El que, aunque no conozca absolutamente todos tus secretos vanos, conoce tu alma, y tu forma de ser. Por eso es el único que se puede tomar la libertad de hablarte sin tapujos y darte consejo sin pedirlo, porque es también el único que sabe cómo eres y qué quieres alcanzar. Y cuando vayas a enfadarte con él, a pensar que quiere cambiarte, recuerda que quizá lo único que quiera es que vuelvas al camino. O que cambies, sí, pero a mejor.
Los íntimos amigos tal vez tengan roces, tal vez se enfaden por nimiedades. Pero se perdonan, y olvidan al momento. Y realmente, el que perdona de esa forma, de verdad, es porque ama y quiere con toda su alma.
Así que, una amistad como esa, tan íntima y personal, merece la pena cultivarla y cuidarla. Porque pocos podemos decir que tengamos, aunque sea, un amigo así. Y yo me siento afortunada de tenerlo, realmente afortunada, porque hay personas que tal vez nunca conozcan el significado de una verdadera amistad, o que la tiren por la borda.
Hay personas que trastocan el significado, y creen que un íntimo amigo debe estar a tu lado por obligación, por compromiso. Pero lo cierto es que el íntimo amigo se queda por él mismo, porque no se siente obligado y, precisamente por eso, desea quedarse.
El íntimo amigo, a su vez, te alienta a hacer las cosas bien. Y te apoya a ti pase lo que pase, aunque luego, en privado, crea que no tienes razón y te ayude a comprender la situación. Pero nunca te deja solo, nunca te deja desarmado ni a la intemperie.
Es una relación un tanto difícil de definir, y poca gente da con su verdadero significado. Así que ahora pido que no os dejéis engañar: la amistad interesada realmente parece verdadera, pero no lo es. Cuando encontréis a alguien con quien compartir este sentimiento, estas sensaciones, no tendréis por qué actuar. Una amistad así empieza con un hola, pero no acaba porque paséis dos o tres días, o incluso un mes, sin hablaros. Porque tal vez necesiten su espacio. La íntima amistad es madura: ofrece respeto. Y aguanta sin queja las temporadas de exámenes, o peor aún: cuando se está enamorado.
 No te absorbe la vida, al contrario: te ayuda a vivirla como mereces, y te anima a reírte, y a solventar problemas y, en definitiva, a ser feliz.
Así que, hermano, gracias por todo lo anteriormente mencionado. Gracias por ser testigo de mi vida y ser el muro en el que me sostengo cuando creo que todo está perdido y no dejo de caer. Gracias por haber nacido, por estar dentro de mi destino; por haber sabido soportarme y, lo más grande de todo, por haber sabido cómo conocerme de verdad.

Enhorabuena a todos aquellos que tenéis un íntimo amigo, y mi más sincera admiración a quienes tenéis dos o más, porque un amigo es un tesoro, es un hermano… es lo más grande que el mundo nos puede ofrecer.

sábado, 27 de julio de 2013

La princesa y su corona

Bajo el espeso velo que la fortaleza creaba no había otra cosa más que dolor. El mundo había cambiado, y con él, ella. La soledad hacía mella en su más que agotada alma, que no podía dejar de emitir ese silencioso grito de guerra que nadie escuchaba salvo su espíritu, ya condenado de por vida a ser desconfiado.
Entonces,  cuando el grito fue audible más allá del silencio, todo cambió. Y todos se dieron cuenta de cómo era él, su príncipe, en realidad.
Ella todavía duda. Se siente presionada por un amor al que no está destinada; se siente apesadumbrada al no saber si dejarlo marchar, de una vez por todas, o de conservarlo en su memoria aun sabiendo que va a ser lo más doloroso a lo que se vaya a enfrentar nunca.
Es consciente de que jamás amará a nadie como lo ha amado a él. Pero él nunca la amó de verdad. Sólo fue un niño que necesitó de un bastón para levantarse frente a una sociedad juiciosa. Ella fue la princesa que lo convirtió en príncipe, y él el plebeyo que la destronó a ella, que se llevó su corona.
La princesa cree saber lo que le conviene. Intuye que lo más parecido a la redención de su alma es el olvido de su amor imposible: de ese hombre que creyó su salvavidas, y que finalmente la ahogó. Y está a punto de consentirse el capricho de abandonar el sabor amargo del adiós para sonreír de nuevo por ese mismo motivo. Pero eso sólo puede ocurrir de una manera.
Ya no es libre, pues desde el momento en el que comenzó a amarlo se subordinó a él, por eso ahora hará algo que cambiará el curso de las cosas.
La princesa ahoga un gemido al acercarse al balcón de su alcoba. Un intenso escalofrío de placer recorre sus miembros. Y al mirar al cielo, tan oscuro como su melena larga y espesa, dice adiós al mundo.
Y salta.
Comienza así su última metamorfosis. La primera ocurrió cuando su príncipe le robó su vida para obtener la de él. Esta segunda la convierte de nuevo en princesa. Tal vez una princesa dormida, una princesa herida… Pero en una princesa, como antes, como siempre lo fue hasta que lo conoció a él.
Aunque caiga desde la más alta torre del castillo y sepa que el impacto acabará con ella, no tiene miedo.
Es incluso feliz.
Porque, a fin de cuentas, ha recuperado su corona. Ahora ya es libre.


miércoles, 26 de junio de 2013

Humanidad

Nos concibieron para triunfar, para amar, para soñar. Nos crearon con el único propósito de que de forma libre alcanzásemos la felicidad. Somos ideales, somos fuerza. Somos un destino que alcanzar al caminar. Somos el arte, la pintura, la danza y la pasión; la belleza que hace mella en esta increíble creación que nos acoge. Somos la espera, somos el silencio, pero también somos la canción que mueve el mundo. 
Somos únicos, irrepetibles, completos, perfectos, indestructibles en el tiempo.
Somos la humanidad.

jueves, 6 de junio de 2013

Vive



EL LIBRO DE LOS PORTALES




TÍTULO: El Libro de los Portales

AUTOR: Laura Gallego García

GÉNERO: Fantasía

NÚMERO DE PÁGINAS: 491

EDITORIAL: Minotauro

SINOPSIS CONTRAPORTADA:
Los pintores de la Academia de los Portales son los únicos que saben cómo dibujar los extraordinarios portales de viaje que constituyen la red de comunicación y transporte más importante de Darusia. Sus rígidas normas y su exhaustiva formación garantizan una impecable profesionalidad y perfección técnica en todos sus trabajos. Cuando Tabit, estudiante de último año en la Academia, recibe el encargo de pintar un portal para un humilde campesino, no imagina que está a punto de verse involucrado en una trama de intrigas y secretos que podría sacudir los mismos cimientos de la institución.

OPINIÓN PERSONAL:
Me ha gustado, sobre todo, que el mundo y la historia parecían tener sentido en conjunto. También me ha parecido espléndido que la autora se haya atrevido a realizar personajes diferentes a con los que había trabajado anteriormente. Sin duda, es una buena novela de aventuras y fantasía.
Un fallo que he visto en la novela ha sido, tal vez, que a veces la trama parece ir un poco deprisa, sobre todo en el final (que no pienso destripar). Sin embargo, cuando acabé de leerlo no pude evitar quedarme con un buen sabor de boca, así que, ¡felicidades, Laura! Has conseguido escribir otro libro espectacular.

CURIOSIDADES:
Aquí tenéis el trailer del libro, ¡disfrutadlo!
http://www.youtube.com/watch?v=iqPi9jZu7V0



miércoles, 17 de abril de 2013

Amor, Amor

En honor a mi profesora de latín, que este mes celebra sus bodas de plata, he aquí un texto muy simple sobre el amor. Espero que os guste.

Hubo una vez, en un reino muy lejano, una preciosa princesa de largos cabellos de oro a la que un gallardo caballero desposó. Tal vez quisiera el azar del destino, o el destino hecho azar, que el muchacho se decidiera a pedir su mano por la indecisión de otro joven.Y es que el amor es el sentimiento que mejor se disfraza, que mejor sabe mentir. El amor es como un velo que nubla nuestros sentidos, hasta tal punto de aparentar no existir. Mas, cuando otro corazón intenta adentrarse en el del amado, los sentidos comienzan a reaccionar y te hacen comprender que debes afrontar retos y dificultades, incluso miedos y vergüenzas, para llevar a cabo tu objetivo, que no es otro que el de pasar el resto de una vida junto a tu otra mitad.El hada madrina de la princesa quiso advertir a la muchacha de lo que estaba por venir:“A veces es difícil convivir con el ser amado, pero la gente dice, o suele afirmar, que de no ser por el amor no se conseguiría una armonía entre esos dos espíritus, ni se aguantarían reacciones o personalidades que jamás hubieses imaginado que casarían contigo. Aunque, cuando se trata de la persona a la que quieres, no te importa nada. Es él. ¿Y qué más da? Sois así, y así os queréis, por igual.Es difícil encontrar a tu mitad, así que, cuando topes con ella… ¡no la sueltes! Quiérela, ámala, y consérvala como el tesoro más valioso que puedas llegar a tener, porque eso es lo que es. Es la persona más especial de tu vida… es el regalo que te ha querido dar el destino. Es la fusión de dos espíritus… algo que pocos pueden afirmar haber vivido. Es la experiencia más absoluta, más personal y más trascendental de uno mismo: querer a alguien y por él, a su vez, sentirse querido.”Por eso, cuando la princesa y el caballero contrajeron matrimonio, supieron que, a pesar de las dificultades que tuvieran que afrontar, lo soportarían sólo con la firmeza que el amor les transmitiría.La princesa y el caballero siguen viviendo en armonía, y se aman igual o más, incluso, que el primer día. Aunque el sufrimiento en la vida sea constante, saben que se amortigua con su amor: un amor infinito que se profesaron desde una tarde soleada en la que sus ojos se encontraron e intercambiaron palabras… unas palabras que, aunque no lo supieran entonces, fueron los primeros versos de un cantar que todavía siguen piando los pájaros del tiempo, la fortuna, y la vida.