miércoles, 12 de octubre de 2011

Plútón vs. Hades


Plutón es uno de los 8 dioses romanos elegidos. Dios del inframundo, es el equivalente al dios griego: Hades.
Era hijo de Saturno y Ops, y esposo de Proserpina (Perséfone para los griegos). La madre de Proserpina, Ceres, afligida ante la unión, provocó el invierno.
En cuanto al carácter del dios, se cuenta que era el más despiadado de los dioses; y el más temido por los humanos por su fealdad.
A menudo se le representa con una espesa barba, aires severos, con su casco de invisibilidad (regalado por los cíclopes), y su cetro. También con unas llaves en las manos, símbolo de que las puertas de la vida se cierran al entrar en su reino.
El reino de Plutón es el Tártaro (el Infierno); allí tiene sirvientes (sombras), que recogen las almas condenadas en la Tierra y las ponen bajo el dominio del dios, aumentando su riqueza. Es un dios inflexible, cuando pone leyes nadie se atreve a rebatirlas. De los tres dioses que gobiernan el mundo, al único que no se le puede rebatir su autoridad, reconocida universalmente, es a Plutón.



domingo, 9 de octubre de 2011

Píramo y Tisbe

Después de un tiempo sin escribir en el blog, hoy me gustaría inaugurar una sección dedicada a mitos y leyendas romanas... Y, ¿por qué? Pues porque a mi profesora de latín le encantan este tipo de historias, y me ha contagiado el entusiasmo.

Hoy quiero contar la historia de Píramo y Tisbe.

Erase una vez, durante el reinado de Semíramis, una joven pareja de enamorados cuyos nombres eran Píramo y Tisbe. Eran vecinos, y se amaban hasta más no poder, pero sus padres, enfrentados desde tiempos pasados, no aprobaban su relación y, por tanto, no les dejaron contraer matrimonio. Pero un día, cuando su deseo ya no pudieron refrenar por más tiempo, acordaron que se verían por la noche bajo las ramas de la morera del camino, y juntos huirían de allí para poder vivir como marido y mujer.
Tisbe, la muchacha, llegó primero, pero, al ver cómo una leona que pasaba por allí se acercaba al lugar, ella huyó dejando atrás su pañuelo de seda. La leona, sin inmutarse, bebió agua de la fuente cercana y, cuando acabó, comenzó a juguetear con el pañuelo de la joven hasta dejarlo hecho pedazos. En esto que, cuando la leona se marchaba, apareció Píramo y, al verla y encontrar el pañuelo deshilachado en el suelo, se puso en lo peor. Sintiendo tanto dolor por la pérdida de su ser amado, se acercó a la morera y, cogiendo su espada, se la clavó y murió.
Tisbe, entre tanto, al ver que la leona ya había marchado, salió de su escondrijo y... ¡cuál fue su sorpresa al hallar el cuerpo inerte de su amado ensartado en su propia espada! Tisbe, llorando, se acercó hasta el cuerpo, y se dejó caer sobre la espada de Píramo, muriendo en el acto.
Se cuenta que su sangre regó las raíces de la morera y que, desde aquel momento, su fruto se tornó oscuro... en conmemoración a los dos amantes de Babilonia que, por una fatal confusión, ya no podrían aguardar juntos hasta que la vejez llamara a sus puertas. Pero que, por fin, ponían descanso a sus maltrechos corazones.